Ayer tuve la oportunidad de conocerlo gracias al esfuerzo de Antonio San Martin y la gente de La MoleStar OrquesTa para traerlo a Chile. Hermoso taller y concierto que dieron.
Su método y manual de improvisación por señas es excelente. Se nota que lo escribió alguien que a la hora de tocar se enfrenta a un instrumento como un niño se enfrenta a un juego. Por eso no me sorprendió enterarme que uno de los puntos de partida de su especial forma de concebir la música fue una técnica personal para tocar el berimbau y transformarlo en un instrumento melódico.