Los antiguos de esta tierra supieron leer los ciclos y lo llamaron We Xipantu, la nueva salida del Sol y la Luna. Que vendría a ser como el año nuevo Mapuche, que no es una fecha estática en el calendario, es la celebración de un proceso, de la vida que se comienza a gestar cada año dentro de nosotros, en ceremonia, en profunda conexión con la totalidad, en silencio.
El guardarse invita a mirar cara a cara a la soledad con todos sus encantos y fantasmas, para reconocerlos y transmutarlos. Así, la muerte y la vida se dan la mano sabiendo que se volverán a encontrar bajo un diferente sol.
Buen inicio terrícolas de este lado del mundo, me voy en busca de la montaña donde nace mi río.
Jocasama